martes, 6 de julio de 2010

Transformar la empresa desde nuestra gente


Por: Daniel Cestau Liz
Colaborador regular de la revista digital MERCADEO.COM es un destacado consultor internacional de marketing, que actualmente reside en Ciudad de México


Todo empresario que piense en su fuerza laboral como el principal activo de su empresa cuenta con enormes probabilidades de tener el éxito asegurado en su organización.

En la última década las mejores empresas han reconocido que tanto ellas como sus empleados salen ganando cuando estos últimos tienen la oportunidad de aprender.

La organización adquiere trabajadores mejor capacitados, de talentos variados, flexibles en sus asignaciones y con la virtud de analizar cada problema con una amplitud que le permitirá conseguir una solución más rápida. Ellos adquieren nuevas destrezas, aprenden diferentes maneras de ver una misma situación y tienen una relación más cercana y fluida con sus compañeros de trabajo relacionándose de otra manera. El hecho de salir de la rutina diaria y de aumentar el valor agregado de uno mismo es motivante de por sí y cuando además se ofrece la oportunidad de aprender y superarse dentro de la propia empresa esto anima a los recursos humanos, que de otra manera se estancarían.

El mundo de hoy es demasiado complejo como para que un director tome cuenta de todo lo que hace falta y únicamente imponga sus opiniones y pareceres al resto de la organización. Es por eso que aumentando el valor de nuestra gente podremos no sólo direccionar a la empresa hacia un punto común, sino aumentar el valor de lo producido y proporcionalmente la rentabilidad, ya que la empresa se convierte en una organización pensante que de por sí aumenta su valor de mercado.

Años atrás, el valor de una empresa pasaba únicamente por su facturación y sus activos fijos, hoy hay que sumar a estas variables el capital humano que en las nuevas organizaciones representa más de un 70% de su valor.
Peter Senge en su libro: La Quinta Disciplina, catalogado como el mejor libro de Management del siglo destaca cuales son las cinco disciplinas que practican las nuevas "Empresas Inteligentes", orientadas al aprendizaje continuo.

El Pensamiento Sistémico.

Nos ayuda a encontrar pautas y a fortalecerlas. Generalmente solemos centrarnos en partes aisladas del sistema (debemos pensar a la empresa como un sistema) y luego nos asombramos de que nuestros esfuerzos fracasen ya sea en la resolución de problemas o en el mantenimiento del éxito.

El Dominio Personal.

Lleva aparejado un alto nivel de eficiencia y quienes son eficientes pueden lograr los resultados deseados en forma consistente. En la búsqueda del dominio personal debemos esclarecer y profundizar nuestra visión, centralizar la energía, desarrollar la paciencia y en general, encarar la vida con alegría y positivismo.

Los Modelos Mentales.

Comprendemos el mundo y actuamos en él según nociones y supuestos que pueden estar implantados en lo profundo de nuestra mente. Podemos no ser concientes del efecto que estos modelos ejercen en nuestra percepción y conducta, sin embargo pueden llevarnos hacia adelante o retenernos inútilmente en el mismo lugar.

La Visión Compartida.

Ninguna empresa crece si carece de una misión, de objetivos y valores que se compartan con todo el personal. La definición de visión o el carisma de un líder no son suficientes. Una visión auténtica desarrolla la excelencia y el aprendizaje sólo cuando gente de la empresa quiere realmente lograr esos objetivos.

El Aprendizaje en Equipo.

Es frecuente que equipos formados por individuos con un Coeficiente Intelectual mayor que 120, tengan un Coeficiente Intelectual colectivo de dos dígitos. ¿Por qué? Porque no han aprendido a trabajar juntos. El verdadero aprendizaje comienza con el diálogo, cuando los miembros del equipo suspenden las suposiciones y piensan juntos para resolver los problemas o planificar el futuro.

Tal vez si quisiéramos resumir parte del espíritu de estas cinco disciplinas diríamos que: la capacidad de aprender más rápidamente que los competidores puede ser nuestra única ventaja competitiva

"Comprendimos que nuestro principal activo era nuestra fuerza laboral,y que nuestro crecimiento se debía a la valorización del activo"
Larry Colin, EDS